lunes, 20 de mayo de 2013

Un día en el campo

Que yo vaya al campo es un hecho de absoluta relevancia, si mi memoria no me falla creo que la última vez que estuve en mi finca fue embarazada de Salva de 40 semanas en marzo de 2008 (ya ha llovido), ese día el marío me tuvo todo el día subiendo y bajando cuestas a ver si me ponía de parto. Y no, no me puse, llegué a la 41+4, cuando tuvo que ser.
Repetiré hasta la saciedad que no soy campera, que donde se ponga la ciudad con su bullicio y sus tiendas que se quite todo, me da la vida, que tanta tranquilidad me pone de los nervios y me aburre a partes iguales. Sin embargo, al marío y al niño el campo les encanta y Salva va muchas veces con mis padres a la finca, de hecho mis padres van casi todas las semanas.
Pero el sábado fue diferente, me arranqué sin pensarlo, "oye nena que me llevo al niño", "pues yo también me apunto" y pasamos un día estupendo, hasta me gustó la paz y la tranquilidad que se respiraba, me estaré haciendo mayor??? Salva lo pasó pipa como siempre que va, subiendo y bajando cuestas, jugando con los palos, el agua, las plantas, los perros, disfrutó de lo lindo, así que creo que más de un fin de semana me animaré y me iré con mis padres. 
Es una enorme finca heredada del bisabuelo de mi madre (del que además hemos heredado la zurdez bastantes féminas de la familia), con olivos centenarios, almendros, algarrobos, acebuches, vides, naranjos y muchos árboles frutales más. Tiene su historia, está en el Camino de la Plata porque muy cerca había unas canteras de donde los antiguos sacaban plata. Está constatado que, primero los fenicios y después los romanos, se asentaron en nuestras tierras precisamente, de hecho se han sacado bastantes restos arqueológicos tiempo atrás, lo último fue una moneda fenicia en perfectísimas condiciones con la Diosa Malac y precisamente por nuestra finca pasada una calzada romana. Mola verdad??? La verdad es que hay muchas vibraciones, el terreno tiene solera, la historia se huele y casi se palpa en el ambiente.
Pues bien, estos son nuestros "dominios" (jajaja), zona privilegiada por el clima y la situación geográfica que además actualmente está rodeada de campos de golf (hacia la derecha) y tras los montes del fondo qué hay? Pues el MAR, qué iba a ver!!!

 Ni la de veces que he jugado con mis primos montando auténticas batallas campales rodando por ahí abajo o he montado a caballo e incluso hemos acampado en tiendas de campañas con los amigos porque eso molaba más que quedarse en algunas de las casas que hay arriba (cosas de la bendita y loca juventud cuando no dolía la espalda) . Por cierto, el sábado no bajé, me quedé arriba, en la Casa Vieja haciendo vida contemplativa y comiendo, porque una a qué va al campo, pues como a la playa, a jartarse de comer (otro sábado que mandamos la dieta a freír espárragos). A qué es verdad que tanto el campo como la playa abren el apetito??
Hicimos, bueno hicieron mi madre y una prima, un pedazo arroz campero de rechupete en la candela de la chimenea que hay en el rancho de la Casa Vieja (para las más finas el rancho es el porche), pero ahí no quedó la cosa, noooooooo, previamente el aperitivo lo acompañamos con lambrusco como debe ser  y luego la merienda con dulces, bizcocho y café de pucherete.
El aperitivo con su lambrusco/el arroz haciéndose en la candela/el arroz en plato de duralex de toda la vida, más vintage imposible/la merendola con dulces y café de pucherete
Aquí el prota del blog, en uno de los caminos y en el rancho, por cierto, en la primera foto donde sale el niño, justo detrás de esos árboles hay unas enormes piedras donde mi abuela y su padre escondían gente huida durante la Guerra Civil y por las noches cuando nadie les veía les llevaban comida, me enorgullece provenir de gente tan tolerante, humana, buena y grande, de hecho la vida de mi abuela es de película. A esto llamo yo ser una heroína, ahora que venga otra y lo supere.
En uno de los caminos
En el rancho de la Casa Vieja
Os he dicho que hice vida contemplativa, con mi puntito de cruz escuchando los pajaritos, disfrutando de las vistas, la buena conversación, que si ahora cervecita, que si ahora lambrusco, una patatita o un dulce y esas flores que me trajo el pollo de uno de sus paseos con el padre y el yayo:

Mirad las azucenas, qué belleza:

O el bambú, porque por haber hay hasta bambú:

Y hasta pudimos disfrutar de un hermoso arco iris por la tarde y oler a tierra mojada:

La Casa Vieja tiene cosas tan alucinantes para una urbanita como yo como es el hogar:

Y qué me decís de ese cacillo tan cuqui de teteras (con lo que me gustan las teteras) donde calenté la comida de Salva, ganitas que me entraron de llevármelo para mi casa:

Y fregar los platos en el rancho, al aire libre, en un fregadero tan gracioso y apañao, con esas vistas, no tiene precio la verdad, por cierto, los platos los fregué yo:
El antes
El después
Conclusión, creo que más de un finde nos apuntaremos al campo con mis padres, primero porque a Salva y al marío les encanta y segundo porque bien pensado fue relajante y lo pasamos genial, el día fue perfecto. 
Besos. Inma 

7 comentarios:

Opiniones incorrectas dijo...

Yo tampoco voy casi nunca al campo, se me ponen la nariz y los ojos como pimientos choriceros.
Qué rica la comida!

cristina dijo...

Yo siempre odie el campo, pero ahora si que me apetecería tener un refugio como el tuyo y además lleno de historia.

Hay una etapa "adolescencia largaaaa" que los urbanitas solemos odiar el campo y la tranquilidad, pero con la edad nos pasa como a los niños que empezamos a valorarlo.

Bicos

Elena (tirsalago.blogspot.com) dijo...

Inma a mi me pasa como a ti, a urbanita no me gana nadie, pero he de reconocer que esas escapadas me encantan, esas comidas tan especiales y con buena compañía. Y cuando una vuelve a pisar el asfalto se siente tan abrigada en la ciudad....
No lo dudes disfrutalo.
Besos

Rocío dijo...

YO TAMBIÉN SOY DE POQUITO CAMPO, AUNQUE VIENDO ESAS FOTOS ENTRAN GANAS DE PASAR UN DÍA EN EL, SON MUY BONITAS Y MENUDA HISTORIA LA DE TU ABUELA, ME HA IMPACTADO, QUÉ GRAN MUJER.
ROCÍO
BSOS

LOS PEQUES dijo...

nosotos sí somo mucho de campo, paella y sol!!!para los niños es lo mejor sanísimo y divertido!!!!

susana dijo...

Inma sigo viva pero con mucho que estudiar que estamos a fin de curso y este primer añito esta siendo duro... asi que te sigo desde la sombra!!!! Yo soy de campo de toda la vida! me da una tranquilidad enorme y cuando me agobio me gusta muchisimo estar alli, en mi puebli, con mi pandilla, en mi querido monte Tejas o en algún rincón como puede ser una mina que hay por allí que ahora es lago o la orilla del río un poquito mas abajo de mi casa... pero ahora que vivo en la ciudad, en pleno Santander me he dado cuenta de que esto también me da mucha tranquilidad, como el pueblo no hay nada pero el ruido de la ciudad el barullo y el mogollón de gente me dan la tranquilidad que allí, en el pueblo, no he tenido... estos 9 meses que llevo aqui me he dado cuenta de que en plena ciudad la gente va a lo suyo y eso con lo que yo he pasao da muuuucha tranquilidad!
El peque esta guapisimo! da gusto verle lo que ha crecido....
Un beso muy fuerte desde el norte <3

Inma (Málaga) dijo...

Susana cariño holaaaa!! Me he acordado mucho de ti, al privatizar el blog no se nada de tu vida.
Qué rápido ha pasado el tiempo, ya casi has terminado tu primer año de carrera.
No te pierdas tanto, manifiestate de vez en cuando.
Besos. Inma