domingo, 23 de enero de 2011

Mesa-camilla








En estos días de frío polar (aunque por Málaga en mucha menor medida que por el norte o el centro, pero mucho frío para nosotros que estamos acostumbrados a temperaturas más cálidas por estos "andurriales") la mesa-camilla y el brasero (eléctrico, claro) son indispensables para mí.
Siempre he tenido muy claro que en mi casa habría una mesa-camilla con brasero, por muy antiguo que sea o parezca, de hecho fue de las primeras cosas que entraron, aún cuando estábamos de reformas y hacía las veces de mesa de herramientas, y que pongo esas tardes de frío (como la de hoy) cuando ya no tengo que volver a salir a la calle, lo he terminado todo en casa y estoy cómoda con mi chándal calentito, mi bata y mis zapatillas (porque yo en casa tengo que estar cómoda y en zapatillas, no sé vosotras), viendo una película, o jugando con mi enano o sentados alrededor merendando. Para mí esto es un gustazo total, y si encima estás oyendo llover pues mejor que mejor. De hecho esta cosa tan simple y tan antigua (mesa-camilla con brasero) es una de las cosas que más me gustan de mi casa.
Gran parte de nuestras vidas en casa transcurre en torno a la mesa-camilla: en ella desayunamos, almorzamos y cenamos, mi hijo juega en ella con sus coches, motos, plastilinas, puzzles y libretas, mi marido pinta sus figuritas, yo estudio, hacemos muchas reuniones de amigos en torno a ella con un café o una copa, jugamos a las cartas, al parchís, al monopoli... y para colmo nos proporciona calor en estos días tan gélidos ¿se puede pedir más? Además su altura es ideal para hacer todo esto pues está cuadrada con la altura del sofá.
Es cierto que siempre ponemos el brasero cuando estamos mi marido o yo y bajo nuestra directa supervisión, además si os sirve os diré que mi padre hizo una rejilla que bordea todo el brasero y lo enganchó con unos alambres, esta rejilla metálica tiene una trama lo sificientemente pequeña como para impedir que la ropa de la mesa, unos zapatos o cualquier parte del cuerpo puedan tocar las resistencias del brasero y con una altura que llega hasta casi la tapa de la mesa, con lo cual la seguridad es total.
Os dejo fotos de mi mesa-camilla con diferentes perspectivas para que veáis cómo se integra en mi salón y ocupa un lugar preferente, y aunque parezca pequeña nos sentamos alrededor seis personas sin problemas.
Y a vosotras ¿os gustan las mesas-camillas?
Buenos os dejo que yo me voy a mi mesa-camilla a "repanchingarme" ahí toda la tarde al calor de mi brasero. Un beso.
Inma

13 comentarios:

Rous dijo...

a mi me encantan las mesas-camillas! tenía una en la salita y como tu dices... leía, comía, merendaba, parchis, cartas... pero llegaron los juguetes a mi casa e invadieron la salita... conclusión: la mesita al trastero, pero mi marido y yo nos acordamos mucho de ella... no la hemos olvidado, algun dia volverá jejej

c dijo...

yo tengo una y me identifico con tus palabras. nuestra vida en torno a la mesa- camilla. tambien hemos pasado la tarde a su calorcito.Tambien soy de costa pero de la de granada.en fin aunque los decoradores piensen que es un horror , ellos se lo pierden.besitos

Inma (Málaga) dijo...

A mi las mesas de camilla me encantan, creo que si alguna vez me tocase la lotería y me fuese a una mega casa me la llevaría, o pondría otra más grande, porque claro tendría más espacio en esa mega casa, independientemente de lo que los decoradores contratados en este hipotético caso me pudiesen decir.

silvia, pablo y celia dijo...

Hola Inma, gracias por hacerte seguidora de mi blog, sabes a mi lo que mas me gusta, el brasero, ayyyy, mi padre es de Jaen, y mi madre de Cordoba, y recuerdo que en casa de mis abuelas, siempre habia un brasero, aunque aqui en asturias no es común, y al oirte hablar del brasero me he acordado mucho de mi infancia.
Ya ves, aunque asturiana, tengo raices andaluzas, y me tira un montón tu tierra, me muero de ganas de comprarle un traje de flamenca a mi niña, jaja
un besito guapa

Ana Belén dijo...

Gracias Inma.
La de cosas que te contaría yo sobre el tema mesa camilla, ahí me has dao !
Ahora mismo tengo los pies helaos, problema: no tengo mesa de camilla,
cuestión: mi marido y yo tuvimos y tenemos una gran disparidad, digámoslo así, de opiniones.Desde que me casé tuve deseo de tener una mesa camilla, problema, según la parte contratante...: si nos habíamos gastado una pasta en instalar calefacción por toda la casa,¿qué pintaba una mesa camilla en nuestro hogar? además, según palabras textuales, no nos pega ni con cola, y digo yo,¡qué me importa a mi la pasta ni la cola!...sólo quiero tener los pies calentitos y vivir y disfutar entorno a una mesa de camilla de las de toda la vida.
Ah! y yo para salir de casa arreglá como la que más pero dentro cómoda total, yo no llego ni chándal,mis pijamas del oysho y mi bata de guatiné de las de toda la vida, tampoco me importa el glamour éso lo dejo pá las celebrities.
Un besito.

Inma (Málaga) dijo...

Qué bien Silvia, genéticamente eres andaluza, y cuando quieras comprar un traje de flamenca a Celia me lo dices, yo te pongo en contacto con Montse Manresa que cose divinamente, hace desde ropa de primera postura, bautizo, comunión, arras, trajes de flamenca/o y todo lo que le pidas desde si tienda-taller, es toda una artista de la aguja que ha visto su sueño cumplido. Además sus precios te puedo asegurar con conocimiento de causa que son los mejores de toda Málaga.
Ana Belén felicidades de nuevo, es cierto que como te calientas con una mesa-camilla y un brasero que se quitén todas las calefacciones,y también lo digo con conocimiento de causa. Un beso para todas. Inma

cristina dijo...

y yo que siempre me imagine las mesas camilla redondas... será pq en mi mini-piso de Madrid teniamos una, es un buen recuerdo minipiso en el Barrio de Salamanca, tres chicas solteras, mesa camilla y brasero... y mil historias para contar

Me encanta tu suelo...que brillante

Natalia dijo...

Yo soy gallega, y por aquí no se lleva lo de la mesa camilla, en casa de mi abuela en León cuando yo era pequeña si la tenían, pero pensé que ya no se usaban, y la primera vez que fui a casa de unos amigos en Jaén me sorprendió verla, en todas las casas de sus familiares allí estaba, presidiendo los salones. Es como tú dices, todos alrededor de la mesa-camilla en desayuno-comida-cena, y en invierno por supuesto su braserito.

Elvira dijo...

Hola Inma!
A mi también me gusta la mesa camillla. La recuerso del pueblo de mi madre con brasero de carbón, que tiempos. En casa de mis padres también teniamos. Yo tuve el fallo de comprar la mesa a juego con el mueble del salon de las que se levantan para comer, por mi la cambiaría por lo menos para invierno pero en mi casa no creo que tenga mucho exito esta idea.

Eva dijo...

hola cariño, ahora mismo llevo tu blog a mi blogroll que se me había olvidado,y claro tú no me lo recuerdes por teléfono, jejej. un beso mi niña

La mamá de Pía y Pepa dijo...

En mi casa tampoco renunciamos ni mi marido ni yo a la mesa de camilla, es más no teníamos espacio para estar y comedor o sí pero quedaba muy atacao así que...solución; mesa de camilla rectangular que si viene alguien hace las veces de mesa de comedor!
Pero os daré un poco de envidia...la mía tiene gallinero! jajaja. No os lo he leído a ninguna! Id a buscar un carpintero o un herrero y que os lo instale...es lo más!
Un besoooooooooooooo

Anónimo dijo...

Y para hacer el amor con tu pareja, arropados bajo las faldillas calentitas, con el brasero encendido como único testigo mudo e incandescente de esa unión...

Inma (Málaga) dijo...

Anónimo pues también, aunque prefiero la cama, verás es que soy muy comodona y los años ya van pesando, así que mejor la cama. De todas formas creo que el comentario está fuera de lugar en un blog de este tipo. Pero no me molesta, pues prefiero pensar que no es intencionado, como te digo no me molesta, pero está fuera de lugar, quizás en otro sitio el comentario no estaría mal pero aquí no, lo siento, y soy muy moderna, muy liberal y pocas cosas dentro de lo normal me escandalizan.