miércoles, 10 de enero de 2018

Navidad (primera parte)

La segunda quincena de diciembre fueron unos días de locura para mí, primero presentamos por todo lo alto el libro de los 20 años de mi trabajo, con todo lo que eso implica. Seis días después inauguramos mega exposición que yo comisario, con todo lo que implica otra vez, aunque tanto esfuerzo está mereciendo la pena, pues son ya varias instituciones las que quieren rotar la exposición una vez finalice donde está expuesta ahora. Más orgullosa y feliz en ese aspecto no puedo estar. Ahora entenderéis mi ausencia blogueril.
Eso sí, pude ver la primera actuación de Alejandra, hice lo imposible por estar porque ese mismo día inauguraba por la tarde, pero la vi, os diré que fue más emotiva que ordenada, cada uno fue a su bola, jajaja, tengo miles de fotos y vídeos pero se ven demasiados niños como para compartir.
Así que una vez pasó todo el lío de presentaciones e inauguraciones nos metimos de lleno en la Navidad y, oh sorpresa, Salva empezó con la gripe, el pobre se tiró toda Nochebuena metido en la cama de mis padres durmiendo. Qué penita, ni la llegada de Papá Noel lo animó. Cómo se nota que se va haciendo mayor que ya se resiente más de estas cosas.
La sobrina llegó el sábado 23 de diciembre por la mañana, así que los primísimos, pero sobre todo las primísimas estuvieron todo el día juntas. De hecho, para empezar a ambientarnos, el mismo 23 por la noche hicimos una cena picoteo en mi casa donde cayeron varias botellas de lambrusco y de cerveza.
Como os he dicho Papá Noel, como ya es tradición, les dejó los regalos en la puerta de la casa de mis padres, y se desató la locura entre las dos mozas. Alejandra iba con el pijama puesto y encima un disfraz del Tedi tipo Frozen, estaba hecha un cuadro, la verdad es que con el rollo de que el hermano estaba malo y el pobre iba en chándal por no ir en pijama, pasé de poner a la niña de punta en blanco, así que cuando fui a vestirla, porque lo intenté, y me dijo que ella iba así me dije, pues ni media palabra más, así vas, te coloco el abrigo encima y listo, así para después ya tienes el pijama puesto. Y la verdad la cosa tiene delito pues en su armario había aún sin estrenar un Badum Badero, un Valentina Bebés y un Baja Costura, todos ellos ideales para estos días de Navidad.
Momento recogida de juguetes en la puerta, estaba hecha un cuadro madre mía, eso sí, el "let it go" de Frozen lo interpretó de muerte prácticamente caracterizada y poniéndolo todo en el asador:
Cenamos, hablamos un poquito de todo, especialmente de Cataluña que para eso había una catalana de pura cepa en la mesa , y para las 23.30 ya estábamos en casa de vuelta, tener en cuenta que el pobre de Salva no estaba para mucha fiesta. Lo  bueno es que vivimos a tres minutos de mis padres y vamos y venimos en un suspiro. Salva y yo dormimos esa noche en el sofá que para eso mide tres metros y con la chimenea puesta, pues no quise meterlo en mi cama donde duerme la hermana con nosotros y dormir los dos en la cama pequeña es imposible con lo grande que está Salva ya.
Mientras tanto la moza durmió con todo lo que Papá Noel le trajo: el bebé y los biberones del bebé, la varita mágica, la trenza de Frozen, la corona y no durmió con un juego de Disset porque el padre no la dejó, que si no también, ella quería estar rodeada de todos sus regalos. 
El día de Navidad nos volvimos a ir a casa de mis padres a comer de nuevo como si no hubiera un mañana, a toooodo esto, que son los entrantes, hay que sumar rosada a la marinera y solomillo al Oporto:


De nuevo Salva iba en chándal, el pobre demasiado tenía con la fiebre como para empaquetarlo y a Alejandra decidí ponerla cómoda y calentita, la verdad que con el hermano así no me motivaba mucho arreglarla a ella demasiado.  Aquí va camino de la casa de mis padres el día de Navidad con el bebé que Papá Noel le dejó:

Para las 7 de la tarde ya estábamos otra vez en casita apalancados en el sofá con la chimenea puesta, of course, las velitas encendidas y los farolillos chinos, lo mejor del mundo.

Y así ha sido más o menos nuestra primera parte de la Navidad. Para la segunda parte la sobrina ya se fue, ohhhhhh, para pena de Alejandra que preguntaba todos los días por su prima.
Besos. Inma 

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