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martes, 22 de noviembre de 2011

El viaje

Hola chicas, mi fin de semana de aniversario prometía, pero la bendita lluvia que aquí ha caído nos ha mantenido en casa recluidos, menos mal que el esposo y yo con la salida del viernes noche (fuimos de inauguración de expo y posterior catering) nos desquitamos. El sábado por la mañana sólo nos dio tiempo de salir a comprar algunas cositas para un regalo y poco más, a las tres de la tarde estaba cayendo la de Dios es Cristo. Así que sábado-tarde fue casero. El domingo nuestros planes iniciales eran los de ir a comer donde celebramos la boda, pero de nuevo lloviendo con agonía así que pasamos de coger el coche y plantarnos en mitad de un puerto de montaña, y tras darle de comer al moco fuimos a votar (hay que ir a votar) y nos quedamos a comer en un Domino´s Pizza que tenemos cerca de casa en mitad de un tormentazo de aupa, y mientras los papás nos comíamos un par de pizzas el chiqui-boy se lo pasaba pipa en el parque de bolas que tienen. Y es que últimamente nuestras salidas culinarias deben tener parque de bolas obligatoriamente porque si no no come ni el tato. Hay que ver cómo ciertos inventos nos facilitan la vida. Cominos y para casita que el agua no daba tregua.
Lo que sí tuvimos fue un pequeño intercambio de regalos, un par de tonterías, más que nada para que quede constancia  palpable-material  del aniversario, a ver si os pongo foto del brazalete (de "charcutería" fina) que me ha regalado mi otra mitad con una piedra aguamarina preciosa.
Pues bien, tras la bodica tuvimos un poco más de 24 horas de descanso y "alataqueeeerrrr" otra vez, tal día como hoy, un 22 de noviembre nos marchamos 14 días de ná a Londres y París (somos anti Caribe y todas esas cosas), 7 días en un lado y otros 7 días en otro. A las siete de la mañana ya estábamos embarcando rumbo a Londres y a las 12 de la mañana ya estábamos en el Museo Británico comenzando nuestro periplo. Fue fantástico, inolvidable, el viaje más especial de mi vida, pese a que Roma significa mucho para mí y pese a que ya estuve antes de viaje con Tomás en Estambul. Hizo frío (que nos gusta y nos parece exótico), pero el tiempo nos respetó, pues nos llovío en un par de momentos en Londres y un día entero en París, pero ya está, eso sí, en Londres especialmente no vimos el sol, pero bueno para eso ya tengo el sol de mi tierra que para algo es la capital de la Costa del Sol. El viaje lo eligió mi Tomás y mejor no pudo ser con unos hotelitos muy coquetos y muy céntricos (y a unos precios fantásticos), el hotel de Londres estaba junto al Museo Británico y el Hotel de París al lado mismo de las Galerías Lafayette y de la Ópera y casi todo lo hicimos andando pues cada día nos marcábamos una ruta diferente de ida y vuelta, llegamos muertecitos del cansancio pero mereció la pena. Tenemos pensado volver en nuestro décimo aniversario a estas dos ciudades y parar en los mismos hoteles pero ya con el pitufo al que queremos llevar también a Disneyland París.
No nos quedó un museo, un parque, una catedral, una plaza, una iglesia, un barrio emblemático o un monumento significativo sin visitar, además por esa época estaba de moda "El Código Da Vinci" y nos marcamos también nuestras rutas "davinceras" (casada con un friki es lo mínimo que se puede hacer).  Evidentemente también hubo compras, faltaría más, dios mío, qué tiendas y qué cafeterías hay en estas dos ciudades. En estos días de recuerdos pienso mucho en esas caminatas, en esos desayunos al más puro estilo inglés cada mañana en el hotel de Londres, en las cafeterías y las baguettes y los dulces de París, en la alucinante cafetería del Victoria and Albert Museum de Londres que es una pasada y me tomé un chocolate riquísimo o en la pequeña terracita cubierta en mitad de la acera que tenía nuestro hotel de París y en la cual cada mañana desayunábamos pegados a los ventanales para no perdernos detalle, París de noche, Londres de noche, la Torre Eiffel de noche, los adornos navideños por todos sitios, cada mañana al salir que era una nueva aventura, el Eurostar...........
Nos reímos tela marinera, disfrutamos como enanos, flipamos con todo, a lo que se unía que tanto Londres como París y el comercio de ambas ciudades estaban ya adornados para la Navidad, así que matrícula de honor para todo. Cada noche de vuelta al hotel de París pasaba por las Galerías Lafayette y por Printemps para ver/baberar delante de esos escaparates especialemte adornados para la navidad y enfocados para los más pequeños, no hay palabras para describirlo. De saber que algún día tendría un blog hubiese hecho muchas fotos, fotos a todo, a comidas, escaparates, calles, obras de arte, pero en cambio nos trajimos más de 5 horas de grabación en video (14 días en dos ciudades de la magnitud de Londres y París dan para mucho), nosotros preferimos los vídeos porque así cada vez que lo vemos revivimos diálogos, comentarios y situaciones.  En Londres vimos hasta a la mismísima Reina, yo 30 años viviendo en España, yendo muchas veces a Madrid y nunca me he tropezado con algún soso de la familia real española y al segundo día de estar en Londres vemos a la Reina (era el día de la apertura del Parlamento Británico y nos cogió allí sin saberlo, ahora el espectáculo montado era digno de ver, entre los que protestaban, los monárquicos, el boato, etc.).
Evidentemente tanto en Londres como en París nos reservamos un día entero dedicado a las compras (más lo que caía a diario), preferí no comprarme ropa y sí otras cosas que aquí es más difícil de encontar, p. e. en Londres compré muchas cosas de decoración de Harrods (aluciné con la sección de artículos de decoración de navidad de Harrods, es de INCREÍBLE para arriba y me traje de esa sección un hadita rosa preciosa), coméstica en Mark and Spencer y muchos tés con sus cajitas preciosas, en París un tanto de lo mismo, preferí comprarme cosas de decoración en las Galerías Lafayette y en  Printemps. El Tomate si se compró ropa y tanto en una ciudad como en otra tuvimos que hacer la visita obligatoria a las tiendas Game Workshop (tiendas frikis) que tanto le gustan en busca de esa pieza diferente que aquí no existiese.
Para terminar de redondear el viaje de novios tuvimos una experiencia que nos hacía mucha ilusión y era la de viajar de Londres a París en el Eurostar, UNA PASADA, con un paisaje otoñal espectacular, visto a la velocidad del rayo, pero precioso, además de rápido es muy cómodo, coges el tren en el centro de Londres y te deja en el centro de París. Pues hasta aquí chicas fue en líneas generales (muy generales) nuestro viaje de novios.
Aquí parte de los siete primeros días en Londres, en concreto junto al Parlamento Británcico y el Big Ben: 
Junto a Buckingham Palace y el London Eye:
Mi Tomás en el Museo Británico junto a la Piedra Rosetta y momias egipcias:
La foto de rigor en Picadilly Circus:
Tomás y yo en la impresionate biblioteca del Museo Británico

El imponente edificio del Museo de Historia Natural de Londres que me encantó, aluciné con los dinosaurios:
Ya estamos en la segunda parte del viaje, los siete últimos días en París, aquí junto a la Torre Eiffel (foto de rigor también):
Este fue el día que nos llovió en Paris, delante de Notre Dame, dentro había una mega misa hasta con curas ortodoxos, increíble también:
El impresionante Museo de d´Orsay que me dejó impactada en una antigua estación de trenes:
En el Louvre junto a la Venus de Milo, estuvimos en dicho museo más de siete horas haciendo un recorrido express:
La Mona Lisa debidamente protegida:
Harrods y su típica iluminación, debo reconocer que aluciné en colores existentes y en los inexistentes también, tened en cuenta que aunque yo había viajado mucho, había estado un tiempo en Roma y todas esas cosas, vivo en Málaga y entre una cosa y otra no hay color, hay gente a la que Harrods le parece cateto, pues bien, a mí me requetencantó y ya no os digo nada la parte de decoración y la parte de adornos navideños, Tomás tiraba de mí literalmente, ah!!! y esa cafetería que tiene que nos tomamos un cafelito por dios qué lujo, que glamour:
Esta es la hadita rosa que me compré en Harrods en la sección de adornos navideños, las había de todos los colores y tamaños, pero como yo soy empalagosa pro-rosa pues fue la que me traje:
Y estas son las Galerías Lafayette de París que estaban junto a mi hotel y que tarde tras tarde a la vuelta tenía que visitar y darme un garbeo:
Yo estoy entre la gente en el interior de las Galerías Lafayette con ese mega-gigante árbol de navidad sobre mi cabeza, qué pasa, que cuando llegué a Málaga visto lo visto por Londres y por París pues nada me gustaba y menos los adornos navideños de El Corte Inglés, me entraba depresión cada vez que salía a comprar por aquí por Málaga, es que no hay color, menos mal que me duró poco:
Interior de la alucinante cafetería del Victoria and Albert Museum de Londres, creo que es la cafetería más espectacular que he visto en este mundo (la foto no es mía, es prestada, no le saqué fotos, la grabé enteramente en vídeo, para poder sacar así todos, todos, todos los detalles):
Espero que os haya gustado. Me voy a dormir ya. Besos. Inma