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domingo, 15 de julio de 2012

15. Finger/dedo

Hoy la cosa va de dedos, pero de los dedos de los pies. Hace unos días os dije que en mis tiempos mozos solía ponerme anillos en los dedos de los pies, era algo que me gustaba mucho, es decir, llevar los pies fuera y un anillo en el dedo de uno de ellos. Así que me puse a buscar en el baúl de los recuerdos a ver si encontraba alguno de aquellos anillos y di con este anillito que puede tener perfectamente más de 12 años:
Por cierto, los zapatos son unas sandalias con un poquito de tacón, van cogidas al tobillo y con el talón cubierto y tienen la misma edad que "El Deseado" y a pesar de los años y del trote están nuevecitas y me siguen gustando tanto como el primer día, costaron caras, pero lo bueno se nota con el paso del tiempo.
Yo me fijo mucho en los pies de las personas, es verdad que un hombre con los pies feos tiene un pase, pero en nosotras es diferente, hay algunas cuyos dedos de los pies son tan feos que ni la mejor de las pedicuras, ni el mejor de los pintauñas ni los manolos más bonitos del mundo arreglan eso. Tomás tiene los pies horribles, muy huesudos, con los dedos muy grandes y "engurruñíos", feísimos de verdad. Durante el embarazo le decía que quería que el niño se pareciese a él en todo menos en los pies, más bien menos en los dedos de los pies, pues el niño va y saca los mismos pies y dedos que el padre, eso sí, un poco más bonitos por aquello de que en cada generación vamos mejorando la especie, así que el padre por lo menos cuando mira los pies del niño y los ve tan horriblemente parecidos a los suyos no tiene dudas de que la criatura es suya. Para muestra un botón, mirad los dedos de los pies de Salva que apuntan a ser "engurruñíos" como los del padre:
Veis que no se le ven las uñas porque están doblados hacia adelante todos los dedos menos el gordo? Su pediatra me dice que no le de importancia porque es genético pero estoy por llevarlo a un podólogo a ver qué me dice, aún así menos mal que es niño y no tiene que presumir de pies, porque de verdad que eso no lo arregla nada. Tomás para meterse conmigo me dice que yo tampoco tengo los pies perfectos y al dedo pequeño de mi pie izquierdo lo llama "el deo tonto" porque está doblado, y lo que es la genética, Paula la hija de prima Ana tiene el mismo dedo del mismo pie exactamente igual que yo, así que algún antepasado debimos tener también con un "deo tonto".
Besos.
Inma