La publicación ya está en la calle a modo de libro, pero será un libro que irá destinado a bibliotecas, universidades, academias, diferentes instituciones culturales y sólo una parte se pondrá a la venta en librerías especializadas en arte y otra pequeñísima parte me quedaré yo para repartir entre compromisos, amigos y familiares. Así que yo no me hago rica con esto, es más que nada satisfacción personal y amor al arte puro y duro. Ni que decir tiene que ya estoy totalmente tranquila y relajada y aunque todos me decían que era un día importante y que lo disfrutase, estas cosas me ponen muy nerviosa, debo reconocer que tengo cierto miedo escénico que no consigo superar, y sólo quería que pasase lo antes posible.
Para mí fue impresionante encontrame con amigos, familiares, compañeros y artistas plásticos arropándome y compartiendo la felicidad, aunque no los nervios, que esos me los comí yo solita. También os quiero dar las gracias a todas por vuestros ánimos y mejores deseos, sois geniales. El acto fue muy bonito, cercano y no muy largo, cosa que se agradece, con autoridades del ayuntamiento de Málaga, la academia, la universidad, además de la plana mayor de la entidad bancaria que financia todo esto. En dicho acto se dio a conocer a la ganadora de este año y las dos ganadoras del año pasado (una yo) presentábamos nuestros trabajos de investigación convertidos en libros al mundo.
Afortunadamente no me tropecé y no me quedé en blanco (gracias a la chuleta), pero estaba muy nerviosa y se me hicieron un montón de nudos, así que inconscientemente leí muy rápido. Y os voy a contar una cosa que es surrealista totalmente, en el atril desde donde teníamos que leer había un tornillo suelto junto al micrófono, pues bien, nada más verlo con mis nervios me aferré a él y si llega a ser más maleable fijo le cambio la forma, una vez terminado el discurso no lo solté, me lo traje en la mano y lo tuve un rato y como recuerdo me lo traje ¡en el bolso! Estoy fatal, espero que ese tornillo no sea importante o haya más respuestos, porque de lo contrario me da que el cacharro de donde provenga ya no va a valer para nada. Y aún hoy me pregunto qué hacía ese tornillo ahí. Cuando se lo conté al "marío", que aparte de vosotras, es el único que sabe esta historia del tornillo me dijo: "A ver si se te ha caído a ti y con los nervios no te has dado cuenta". Qué gracioso es la madre que lo parió.
Bueno más cositas de "mi tarde", así a modo de comentarios intranscendentales, pues que mi maquilladora me hizo un "ahumado", yo me veía rara porque estoy acostumbrada a un maquillaje más natural, pero no quedaba para nada mal. Así que el marío y yo llegamos a la conclusión de que con esos pelos, con ese maquillaje (ahumado) y con los aros me parecía a la Bollo (Raquel), aunque salvando las diferencias que son un abismo, siendo infinitamente mejor yo, faltaría más (aquí risas maléficas, pero es verdad). A la mañana siguiente estuve más de 20 minutos desmaquillándome, me acosté maquillada, joder ya que lo había pagado que durase algo más, aunque al día siguiente amaneció intacto (el maquillaje, se entiende), se vé que la maquilladora hizo un buen trabajo. Del dolor de pies que me causaron los taconazos ni os cuento, aún hoy me duelen y desde entonces llevo unas sandalias planas del "año la pera" la mar de cómodas.
Y Salva, ufffff, mi niño, fue el centro de atención, iba guapísimo con su traje beig y verde agua de Larrana, no dejaba de llamarme y mi padre se lo tuvo que llevar de paseo, no quedaba otra, porque me tenía el patio revuelto y mis nervios sólo de oírlo se triplicaron.
Y como lo prometido es deuda os dejo algunas fotos, en esta primera foto aparecen mis dos partos, mis dos creaciones, mis dos obras maestras, mi hijo y mi libro, aunque mi hijo es infinitamente mejor a cualquier cosa y a cualquier logro, no hay color, mirad que interés le pone el "joío", parece que lo esté leyendo y todo:
Aquí madre e hijo sobre el estrado enseñando el libro al público:
Bueno pues ya me puedo morir tranquila, ya he hecho las tres cosas que se supone que todo hombre (y mujer) debe hacer en la vida: plantar un árbol (en su día yo ya planté dos, un olivo y un naranjo, así potenciando la flora mediterránea como la que no quiere la cosa, de los que no llevo un seguimiento, qué mala "madre" soy), escribir un libro (vale que el mío no es una novela histórica superventas, pero es un libro de arte y cuenta ¿no?) y tener un hijo (yo tengo un lindo muñequito de ojos color verde oliva como el olivo que planté).
Ahora toca por mi parte comenzar otra misión no menos trabajosa y pesada: quedarme por lo menos en 60 kgs. y volver a entrar en el traje de novia. AH!!! y aviso a navegantes; la semana que viene toca otra semana temática que llamaremos LA SEMANA DE LARRANA.
Besos
Inma