lunes, 9 de mayo de 2016

Aquel 9 de mayo de hace dos años

Aquel 9 de mayo de hace dos años supe definitivamente que Manuel no era Manuel, supe que Manuel era Alejandra.
Estar casi dos meses pensando que lo que traía era casi seguro niño, según el gine y estar yo encima muy convencida de ello además, me hizo derramar mis lagrimitas durante la ecografía y me llevó unas horitas asimilarlo. Era como despedirme de Manuel, el cual nunca lo fue, porque siempre fue una linda princesa.
Ahora la miro y pienso "mira qué estaba yo mahara" (como decimos en Málaga), yo quería un niño para que fuese un clon de su hermano, lo quería con esa misma piel, esos mismos pelos, esas mismas hechuras y esos mismos ojazos verdes, hasta con sus mismos defectos maravillosos. Pero salió algo completamente diferente, y maravilloso igualmente, y lo bonito está en eso, en que cada uno es como es, único e irrepetible, y maravilloso en su totalidad e individualidad, con todas sus virtudes y todos sus defectos divinos.
Recuerdo teneros a todas impacientes con la confirmación, la de wassaps y mensajes que recibí fue una pasada. Uno de los mejores wassap fue el que mi cuñada Caro me mandó antes de entrar en la consulta, me dijo "que sepas que es niña, ya me dirás". 
Después estaba mi tía Pepa, alias "la visionaria", nada más saber que estaba embarazada y ponerme la vista encima me dijo "tienes una cara de chocho que no puedes con ella", fina y directa ella, sí señor, pero para qué andarse con rodeos. Cuando en la semana 12 me dijeron que casi seguro era niño le digo "tita te has equivocado, es un niño". Ella tan tranquila me dice "el que se ha equivocado es el médico, es una niña, te lo digo yo que nunca me equivoco". Eso es tener seguridad en una misma y lo demás son tonterías, jajajaja. Y se mantuvo en sus treces hasta que llegó el día de la confirmación de que sí, que era niña, que el que se había equivocado era el médico. Pero es que con el niño nada más verme la primera vez de saber que estaba embarazada me dijo "tú no esperes una niña que lo que traes es un niño". Mi tía conmigo acertó dos de dos.
Pero volvamos al 9-5-14, cuando entro en consulta les digo a las doctoras " a ver si me confirmáis que es un niño, que el doctor I. N. me dijo en la semana 12 que con seguridad era niño, que él apostaba por eso". La contestación de una de las doctoras, la que llevaba la voz cantante: "si I. N. te ha dicho que es niño, entonces es que es niño, nunca se equivoca, vamos a confirmarlo". Empiezan a mirar y oh sorpresa, la de la voz cantante le pregunta a la otra "Tú qué ves???", la respuesta de la otra no pudo ser más contundente ante nuestra sorpresa: "yo veo un chochete enorme". Yo a llorar despidiéndome de ese Manuel que nunca fue, ya sabéis como son las hormonas, el padre también a llorar porque quería niña y ya tenía a su Alejandra y todos llorando por un motivo u otro. Y empezamos a pensar en rosa y hoy, dos años después, nuestra vida está invadida por el rosa, los lazos, las capotas, los volantes, las muñecas o todas esas cosas tan femeninas y tan de niñas.
Salimos, como en una nube, primero porque todo marchaba muy bien y a fin de cuentas es lo que importa, el papá por su princesa y yo ante la nueva noticia que tenía que empezar a asimilar, fuimos a celebrarlo de tapitas, él con cerveza  y yo con fanta de naranja y ensaladilla rusa (of course), bueno realmente en nosotros era un ritual irnos de tapeo cada vez que la veíamos a modo de pequeña celebración. Así que os tuve a todas en vilo un ratito y luego os confirmé el sexo del bebé en esta entrada a modo de comunicado oficial que llamé ¡¡¡CONFIRMAMOS!!! Recuerdo ese día con un enorme cariño y no me he podido resistir a recordarlo hoy. La vida está llena de momentos maravillosos y ese fue uno de ellos, cuando supimos que el Manué no era Manué, que era mi Alejandra, en ella todo es locura, impetuosidad, sorpresa, genio y figura desde el minuto cero, porque para eso fue concebida la noche más mágica del año, la noche de reyes del año 14 y todo el mundo no puede decir eso, es mi sorpresa, mi regalo, nuestro regalo, literal, tal cual.
Y aquí está dos años después, entonces era un microbio que no llegaba a medio kilo ni de coña y ahora ya con 19 meses, tan loca como una cabra harta de papeles y haciendo lo que le da tiempo que no es poco:
Te quiero gorda, otra cosa que aprendí contigo, que sí, que se puede llegar a querer locamente con el alma y que sí, que te enamoras también. Por cierto, dos años después no he aprendido a coser, sigo sabiendo lo mismo, es decir, que no me saquen de pegar un botón. Besos. Inma
PD: los alergólogos por fin nos ven el miércoles, a ver qué nueva sorpresa nos llevamos.

3 comentarios:

Rocío dijo...

Inma me acuerdo perfectamente d aquel día, que emocion y que alegria cuando nos diste la noticia, enhorabuena por la muñeca, pq es una muñeca.
Rocío

Maria dijo...

Pues a mi me pasó algo parecido. El primero era niño y para el segundo quería niño y tenía hasta nombre Martín. Pero fué niña y aunque al principio me sentó regular ahora no la cambio por nadie

Unknown dijo...

Conmigo acertaron a la primera! Me encanta como vistes a Alejandra yo tengo el mismo gusto que tú! Un beso