viernes, 13 de noviembre de 2015

De cacharreo vario (II Parte)

Este tipo de entradas me encanta, no lo voy a negar. En la entrada anterior dedicada a todo el cacharreo que necesita un bebé cuando nace se me quedaron algunas cosas en el tintero, la podéis leer AQUÍ, hoy voy con la segunda parte porque muchas veces nosotros mismos y toda la publicidad e información que nos rodea nos crean una serie de necesidades que luego en la práctica te das cuenta que has tirado el dinero, o que lo has amortizado muy bien, que también.
-El andador, ya os hablé de él en la entrada anterior (ojo, no confundir con tacatá que está totalmente desaconsejado por pediatras, traumatólogos y en algunos países está prohibida su venta). Pues bien, con Salva nos fue estupendo y arrancó a andar en cuestión de días, con Alejandra nos ha ido aún mejor, el arranque ha sido aún más rápido, pero bueno en esta niña todo va más rápido, no me quiero aventurar pero tiene un perfil muy marcado que hasta su pediatra me lo hecho saber. No sé si ha sido casualidad en mis dos hijos pero ha sido coger el andador y echarse a andar sin titubeos en cuestión de días perfectamente en ambos casos. Así que por mi parte es un cacharro altamente aconsejable. A Alejandra se lo dimos con 12 meses y a Salva con 13.

-El tacatá, en nuestra casa jamás entró uno, totalmente desaconsejado por los pediatras de mis hijos y por un amigo traumatólogo, además en muchos países está prohibido su uso, pero que cada cual haga lo que crea conveniente porque conozco gente que es ferviente defensora de este cacharro.

-Las maximuselinas de 100x100 cm, fue mi primer capricho en este segundo embarazo y la he usado mucho más de lo que pensaba en principio, de hecho la uso a diario y está siempre en el bolso del Bugaboo, al vivir en el sur nos viene perfecto para tapar a la niña cuando va en el carro y refresca por las mañanas o por las tardes en esa época tan duradera por aquí abajo en la que es demasiado poner aún el saco o la mantita. Las de Aden+Anais son ideales, al igual que las de Bimbidreams que es la marca de la nuestra. Son además 100% algodón y muy transpirables por lo tanto y por supuesto preciosísimas.

-El saco de dormir, otro cacharro muy amortizado en esta casa, bueno más bien trapo, mis hijos parecen monjes cartujos y eso de dormir tapados no va con ellos, con Salva usé el saco de dormir los dos inviernos que estuvo en la cuna y con Alejandra ya lo hemos tenido que rescatar este otoño, el nuestro es grandecito (de 1 a 3 años) y de H&M, lo recomiendo grande para que dure y se puedan estirar sin problemas las piernas, en el caso de mis hijos además de darme seguridad que están tapados también impide que se destapen con facilidad de la otra tapa que les echo aparte del saco. Sacos geniales de precio los encontráis en Primark, C&A o H&M, después nos encontramos con sacos de ultracalidad que son fetén en Cotton Juice o Petit Bateau, como no.

-La malla antiahogo, par mí una guarrada de las gordas, no soporto verlos llenitos de jugo de frutas, soy muy maniática y me pone muy nerviosa verlos sucios o pegajosos, y mucho menos soporto ver esas mallas negras a las primeras de cambio, total si comen fruta a diario en sus papillas, si se dijera que gracias a esas mallas sólo comen fruta o sería la única forma de comer fruta un bebé pues haría un esfuerzo y pasaría por el aro, pero como no es así pues hala a la basurita se ha dicho. Seré una mala madre y habré privado a mis hijos de algo muy fundamental para sus desarrollo cognitivo y sensorial y bla bla bla, pero yo crecí sin malla antiahogo y aquí estoy, sin ningún trauma.

-Contenedor de pañales, nunca lo he tenido y sinceramente se puede vivir sin él, sólo hay que tirar la basura más a menudo ;)

-Cambiador para bolso, en una persona tan escrupulosa como yo nunca falta en el bolso del carro porque me he encontrado fuera de casa con cambiadores que telita, tenían vida propia, nunca salgo sin él, y no sólo para proteger al niño de determinados sitios, también para proteger los sitios de las kks de las criaturas porque puedes estar en esa casa tan estupenda de tu amiga esa que no tiene niños (ni piensa) donde tooooodo es blanco impoluto e imagínate la que podemos liar en su precioso sofá blanco nuclear con una morterá de nuestros preciosos bebés bien untadita. Con Salva usé el cambiador que traía el bolso del hospital, al menos amorticé algo de ese bolso al que tanta manía le pillé, y con Alejandra estoy utilizando uno personalizado y muy bonito regalo de mi querida compi María. Plegado en el bolso del Buga no ocupa lugar y nos saca de más de un apuro.

-Cooking o cocinador de alimentos infantiles, tampoco tenemos, yo soy tradicional, de olla grande, todo dentro, agua, chorrito de aceite de oliva muy generoso que para eso estamos en el sur, chop-chop el rato que haga falta y salen unos vegetales de rechupete, después los paso por la batidora, eso sí, recomiendo una potente batidora de vaso donde sale todo perfectamente pasado sin un grumo, a sus recipientes y a congelar.

-Arnés andador, ya os dije en la otra entrada que era la milonga del siglo y la cosa más inútil que he comprado en toda mi vida, vuelvo a ratificarlo y encima con argumentos de peso pues ahora además he leído bastante acerca de eso de colgar a los niños y casi lo quemo. Salva no lo quiso jamás afortunadamente y no lo usamos, con Alejandra evidentemente leído lo leído ni hemos intentado meterla. Sinceramente no hace falta una chorrada de esas para ayudar a los niños a andar y mucho menos cuando su uso no es muy aconsejable, cada niño lleva su ritmo y arranca a andar cuando se siente preparado, sólo eso.

-Trona, pues mira no sé si vuelve a ser casualidad en mis hijos pero ninguno la quieren. Salva pasó de comer sentado en nuestros brazos a comer solito sentado en la mesa con nosotros. El terremoto Alejandra además de hacer todo lo posible por tirarse de la trona come mejor y la controlamos mejor desde nuestros brazos, tal vez cuando empiece a comer sola (que ya lo hace casi) quiera estar en la trona, de momento está de adorno, menos mal que es de Ikea y heredada de la prima Lucía que si no me da un yuyu de verla cogiendo polvo.
-Manta de actividades, otra cosa que jamás hemos tenido en casa porque es un capricho un pelín caro y se puede vivir sin ella, os lo aseguro, y los niños se desarrollan sin problemas sin ellas también, jajajaja. Si es un regalo bien, si te sobra la pasta y eres caprichosa también, que rule el money, pero salvo mantas de actividades muy básicas, el resto suelen costar una pasta, y para manta básica te apañas con una manta cualquiera que tengas por casa y te pones junto al niño a jugar con sus juguetes, porque no hay mayor estímulo para un niño que nosotros mismos, además mis hijos son tan nerviosos y tan exploradores que en cuanto me moviese de su lado harían todo lo posible por salirse de la manta.
-Columpio para bebés, tampoco hemos tenido y también se vive perfectamente sin él, quizás porque viva en un piso donde el espacio no sobra y quizás porque mis hijos han sido unos bebés de llorar poco o nada y no he tenido que recurrir a ellos, aunque conozco gente que sus hijos sólo dejaban de llorar o se dormían en el columpio a tope de full, mu fuerte, pobres padres, así que supongo que para ellos era el mejor invento de la historia.
-Carrusel o bola con luces y música, mirad niñas fue un capricho que tuvimos Tomás y yo para Alejandra, se ve que nos quedamos con ganas de algo así cuando fuimos niños. Mientras la niña pasaba olímpicamente, el padre y yo nos la poníamos, jajajaja, espero que esto no se tome en nuestra contra, de momento la tengo guardada porque Alejandra sólo le divierte cogerla y verla caer al suelo, de hecho antes de tirarla ya va cerrando los ojos ante el ruido que hace cuando cae. Hay muchos tipos, la nuestra es esta bola de Chicco que proyecta estrellitas de colores en el techo y tiene música clásica y sonidos de la naturaleza, todo muy relajante, pero lo digo en serio, o por lo menos a Tomás y a mí nos lo parece, porque no se explica que nos guste tanto. Esperaré a que la nena eche más luces y comprenda que no se tira al suelo porque se rompe y se la vuelvo a sacar para cuando duerma en su cama. Ahora que se acercan Papá Noel y los Reyes es un bonito regalo para los más peques, o para los padres, nunca se sabe visto lo visto, y si no se relaja el niño, lo harán los padres, fijo.
   Besos. Inma

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