martes, 25 de octubre de 2011

¡Qué miedito!

Voy a hacer terapia con vosotras, os contaré mi mayor fobia. Ahora que todo ha pasado me lo tomo a coña (relativamente), pero en el momento lo paso fatal. Ayer me enfrenté a mi mayor fobia, a alguien le puede resultar algo exagerado y tonto, pero os aseguro que es inevitable lo que me ocurre y ya me gustaría a mí tener más arrojo en ese aspecto y es que me aterran las agujas y más concretamente las relacionadas con las extracciones de sangre. El miedo es libre y la cabeza va por libre también, así que cada uno tiene fobia a una cosa y la mía es ésta. Cierto es que tuve una experiencia muy desagradable en su día con un ATS patoso, guapo-reguapo pero patoso-repatoso que experimentó conmigo (lo que hacen el amor y la edad, ahora ni al más divino de la muerte que venga le dejo hacer tal barbaridad conmigo), y que mis venas "bailonas" son difíciles y no ayudan lo más mínimo y se escapan hasta al más experimentado y avispado enfermero. Y repito, os puede parecer una tontería, pero para mí no lo es.


Cuando digo que me provoca pavor ir a sacarme sangre (aunque como me puede decir cualquiera "todo sea eso") no exagero: pesadillas, ganas de vomitar, sudores, frío, lagrimitas que apenas puedo controlar y como colofón un mareo. Todo un cuadro sin marco. Tenía desde hace años pendiente hacerme una analítica para ver cómo funciona mi tiroides así que la semana pasada me armé de valor y fui a mi médico, el cual me echó una soberana bronca por mi pasotismo (si supiera....) y ala como "premio" una analítica general.


Yo: ¿De verdad que es necesaria una analítica?


Mi médico: Sí, además hace años que no te haces una, con lo cual ya toca.


Salgo de la consulta con ganas de llorar (literalmente) y me voy para el mostrador de citas:


Yo: ¿Me da cita para una analítica de sangre?


Administrativo: Hay número para mañana


Yo: ¿Tan pronto? (pensando en voz alta) Me gustaría ser la primera.


Administrativo: Entonces no, para pasado mañana si tengo aún libre la primera hora


Yo: Vaya pasado mañana no puedo (mentira) ¿y la semana que viene? (eso hija, en lugar de terminar pronto con el tema, alargas el suplicio, como si sirviese para algo)


Siempre me pasa igual, alargo la extracción lo máximo posible, vamos "pan para hoy y hambre para mañana" o lo que es lo mismo retrasar lo inevitable. El lema "cuanto antes mejor" en este caso concreto paso de aplicármelo. Retraso algunos días la extracción por la sencilla razón de ir mentalizándome (yo diría más bien torturándome), eso sí, el día de la extracción tengo que ser la primera, no soporto esa espera tan angustiosa ni el desfile de "afectados" ante mí y como siempre también las noches previas a la extracción tengo pesadillas al respecto y no dejo de preguntarme porqué no me saqué sangre al otro día de haber estado en el médico y ya podría haber terminado con esta historia.


La mañana de la extracción me levanto fatal, con ganas de vomitar y de llorar por los nervios que ésto me provoca y si no lo hago es porque no se rían de mí. El camino al centro de salud es todo un calvario, casi llorando y con ganas de volverme. Siempre voy acompañada por alguien de casa, primero porque esa persona es la que me "obliga" a entrar y no volverme a mitad de camino y segundo porque me mareo y en casa no se fían de dejarme sola. La espera en el centro de salud aunque es corta se me hace interminable y mi estado de ansiedad aumenta por momentos, se alternan sudores fríos con un calor muy malo que me sube por la cabeza, me quedo pálida del miedo, las manos heladas y casi no me sale la voz. Todos los que me acompañan coinciden en que parece que voy al matadero.


Me llaman, entro temblando, les cuento lo que me pasa y directamente a una camilla, brazo fuera, goma que me aprieta y que no soporto, al igual que tampoco soporto el olor de esos cuartos de curas y los toquecitos que el enfermero/a me da para buscarme la vena, algodón con alcohol para desinfectar la zona y ¡¡comienza el espectáculo señoras y señores!!: cabeza cada vez más caliente, pulsaciones que se multiplican en décimas de segundo, corazón que se quiere salir por la boca, lágrimas, frío y todo blanco (o negro, tampoco estoy muy segura) por unos segundos, es un mareo en toda regla. Sé muy bien que no duele, de hecho yo no soy muy cobarde que se diga, pero con esto no puedo, es superior a todo y no exagero pues las fobias son las fobias, es más, a mí no se me puede tocar en esa parte del brazo nunca, le pego una torta al que lo haga y los que me conocen bien ni lo intentan. Me pasaría algo en otra vida que en ésta lo estoy padeciendo.


Y me encantaría superarla, por la sencilla razón de que me gustaría donar sangre, pues considero que es una actitud completamente altruista y de las más bonitas que pueda hacer el hombre. Hace algunos años cuando operaron a mi padre de desprendimiento de retina mi hermano y una prima aprovecharon que estaban en el hospital y se acercaron a donar pues ambos son donantes, y yo lo flipé en colores, iban a donar sangre como el que va a tomar un café, sin drama de por medio, la cosa es que bajé con ellos, incluso intentaron convencerme de que donase y aún hoy no me explico cómo fui capaz de traspasar las puertas de ese lugar, tal sería mi cara que el enfermero que esa tarde estaba allí me dijo que me tranquilizase, que el no me haría nada.


Lo peor de mi embarazo, que fue estupendo, eran las analíticas rutinarias y en el momento del parto una vez me sacaron sangre al llegar y me tomaron la vía hasta me relajé, con eso os lo digo todo y cada vez que me miraba la mano de la vía no sé qué me provocaba más miedo y respeto, si el dolor o la vía cogida. Una cagona. Y ahora vosotras, valientes, decidme a qué tenéis fobia.


No me gustaría terminar esta entrada hablando de cosas desagradables, así que os diré que ¡¡vengan niños al mundo!! Una prima mía que vive en Londres va a ser madre de su tercer hijo con 44 años, si, si , 44 años, toda una valiente, así que todavía me puedo relajar y pensármelo un poco más, ya que ahora cuento con un referente muy cercano y no con Ana Rosa Quintana como mujer entradita en años que ha sido madre, además lo de mi prima es un embarazo natural. Y mi amiga C después de 6 años y un aborto intentando ser madre lo será la próxima primavera de una niña, y es que la pobre mía estaba ya dada por imposible por los médicos si no era con una donante de óvulos (de hecho este mes hubiese empezado con el proceso), y a final también natural, un milagro, y que cierto es que cuando ese tema pasa a un segundo plano ocurre el milagro, comenzó a tener problemas en su trabajo, se centró en el despido que se le venía encima y se quedó embarazada, así que no hay mal que por bien no venga.


Besos.


Inma

6 comentarios:

Epesse dijo...

Venga, abro yo el fuego: tengo pánico... a las arañas. No puedo con ellas. Cómo se mueven, esas patas pelúas... Y la araña más gorda que he visto en mi vida (fuera del terrario del zoo) la he visto en Málaga, en el PTA. Un bicho del tamaño de la palma de mi mano, peludo, gordo... un centollo, vamos. Yo no era capaz de articular la frase "Hay una araña ahí"". Sólo era capaz de señalar y decir "ahí, ahí, ahí" mientras la gente que estaba conmigo pensaba que estoy como una regadera... hasta que vieron el arañazo, claro. Me dan terror y mis pesadillas recurrentes incluyen arañas de forma habitual. Arg.

Unknown dijo...

Inma Hija... si eso no es nada!!! jaja veo que has salido ilesa. Enhorabuena a tu prima!!

LAS COSAS DE PAULA dijo...

Jjjjj niña eres la bomba .. Ahora que te conozco te imagino pálida ,,,, mareada.... Ufff que atraganton te has llevado pa na
Niña usa terapia de choque
Vete a sacarte sangre una vez al mes jjjj ya veras como luego lo ves como tu casa jjjjj( es broma)
Yo tengo fobia a las arañas... Ratones... Bichos en general
Me pongo k doy pena
Un beso reina desde leon

cristina dijo...

Prueba superada, fuera miedo que es sólo un minutin.

Y claro que te puedes relajar aunque sea un poquito, además de tu prima puedes incluirme a mi como referente, tuve a Celia con cuarenta y dos, y más feliz que una perdiz, sin vómitos, ni hinchazones... embarazo perfecto al igual que el de Carla 10 años antes, los dos naturales y sin problemas después de decirme toda la vida que seguramente tendría que hacer algún tratamiento por mis ovarios poliquísticos.

Anónimo dijo...

Te comprendo perfectamente, a mí me pasa lo mismo pero con los dentistas, es pasar por delante y llegarme el olor, y yo ya estoy con sudores y hasta me mareo.... que malo es! No puedo con ello por eso te comprendo.
María

Mamen dijo...

Imma te entiendo,yo tengo una hermana igual.
Incluso me acompaña a mi al dentista y me tengo que levantar de la camilla pa que la tumben a ella de lo mala que se pone,nada chica aguantarse,por suerte no es algo que pase a diario.
Encuanto a la de 44 años yo,no la veo mayor pa ser madre,coñe si tubiera 60 todavía,asique enhorabuena a las dos,y ánimo a ti,danos una sorpre anda.
Un beso