lunes, 25 de abril de 2011

Nos comen

Nos comen, o como mínimo nos invaden, los trapos y los juguetes y en una persona anti-Diógenes como yo que me quedo sola tirando cosas, esta situación crispa un pelín. Pero vayamos por partes, empezando por el tema trapos, gracias a estos días tan "chulis" que hemos tenido por el Sur (lo siento por los que buscaban sol, playa y procesiones) que invitaban a no salir mucho pues he intentado ordenar así por encimilla los armarios de cara a la nueva temporada, sobre todo el armario de Salva y me he dado cuenta que los trapos nos comen (y los juguetes también). He tirado algunas ropas, otras las he metido en bolsas para darlas y otras (la gran mayoría) he guardado en el maravilloso armario empotrado que tengo en la habitación que hace de vestidor, trastero o despacho por si alguna vez os doy la sorpresa.

Pues bien este armario empotrado es una especie de semi-trastero, va del suelo al techo, tiene casi cuatro metros de largo y cuenta con un fondo que es el doble o más de un fondo normal de armario. Es decir, lo hice a conciencia para almacenar, pero es que está hasta los topes, está llegando a sus límites de capacidad y necesita urgentemente que haga un proceso selectivo y vea con qué me quedo realmente, pues además de mis abrigos, mis muchos zapatos, los pocos zapatos del marío, el kit completo de novia, reportaje de novios, las cosas de la playa, maletas, los arreos de la plancha, juegos de toallas que me da pena utilizar (una tontería), los uniformes del marío, mi colección de revistas de punto de cruz, una aspiradora, secador del pelo, calefactores, apuntes de los cursos de doctorado, algunos juegos de mesa, mi ropa de embarazada, etece, etece, cosas todas ellas "necesarias", pues bien, a todo esto se unen: juguetes nuevos (pero nuevos) que me ha dado pena tirar, bañerita-cambiador, cuna, hamaquita, capazo, porta-bebés, esterilizador de biberones, calienta-biberones y toooooooooooda la ropa de Salva que no he dado o tirado (que ha sido mucha) desde los faldones, batones, ranitas y peleles del principio hasta las de este último invierno, pasando por abriguitos, pijamas, bodys, gasas, sábanas de la cuna y del capazo, toquilla, mantitas, toallas y demás cosas que acumula un bebé. Repito que todo esto está guardado por si algún día hay de nuevo sorpresa, que si no......... Ahora, no me digáis que esto no es aprovechar el espacio. Pero bromas aparte, este armario ya no da más de sí y tengo dos opciones, o me deshago de cosas o convenzo a la madre para que se lleve algo (que va a ser que no). O pago un trastero (que también, pero no).

Así que en el tema trapos del niño me he dado cuenta de las siguientes cosas:

1. El niño ha tenido y tiene ropa como para poner una tienda.

2. El niño ha tenido y tiene ropa como para vestir a varios niños.

3. Aunque he intentado en los últimos tiempos controlarme en lo referente al tema compra-ropa-niño, una vez más me he pasado, aunque menos que otras veces, y hay que seguir perfeccionando este punto (aunque de esto hablaremos en la siguiente entrada).

4. Que tengo que poner freno como sea para no seguir gastando y acumulando trapos.

Pero es que como he dicho al principio, a los trapos se unen otros elementos de invasión, pero esta vez no es culpa mía, y sí de titos, padrinos, abuelos y demás que consideran que el "pobre" niño no tiene con qué jugar. Así que ahora toca el turno a los juguetes.

En este aspecto debo decir que hago "expurgos" cada dos por tres, pero ni con esas, los juguetes se acumulan cada vez más y más, evidentemente he guardado algunos juguetes de etapas más pequeñas que me parecían una auténtica preciosidad o eran regalos de personas especiales, pero al resto es verles el más mínimo roto o deterioro y van a la basura, pero aún así estamos invadidos. Además en lo que va de año (que tampoco es tanto) hemos vivido en casa dos momentos "casi reyes magos" para mi desesperación, el primero fue el pasado 7 de febrero cuando operaron a Salva del frenillo sublingual, pues bien, todo tito o amigo que pasó por el hospital ese día o por casa los días siguientes, se acercaron con el correspondiente juguetito para hacer al niño el momento menos traumático. Salimos del hospital que nos faltaban manos y bolsas donde meter tanto cacharro. El segundo momento fue en marzo por su cumple, ya no bastaba una ropita o el dinero, también un detallito tipo juguete por aquello de que el niño ya es más mayor, ya va entendiendo algo más, así que la ropa para complacer a la mamá y el juguete para el nene ya que es más divertido, y es verdad y yo lo agradezco enormemente, que conste.

En el tema juguetes también me he dado cuenta de las siguientes cosas:

1. Que el niño tiene juguetes con los que no ha jugado ni una sola vez porque simplemente pasa de ellos.

2. Que el niño en el tema juguetes tiene unos gustos muy definidos y se reducen básicamente a su moto Feber, pelotas, figuritas de super-héroes y cada vez más los juguetes tecnológicos tipo Nintendo, XBox, ordenador, y que juega que lo flipas para orgullo de su tecnológico padre.

3. Que el niño ha tenido y tiene juguetes como para poner una tienda.

4. Que tengo que poner freno aquí también.
Y para terminar, una cosa que me tiene intrigada ¿dónde se meten los plastidecor? He perdido la cuenta de cajas que mi hijo ha tenido, pero es que desaparecen sin más, no queda rastro de ellos, da igual que la caja traiga 12, 24 o 36 ceras, todas desaparecen. No están debajo de los muebles (friego personalmente una vez a la semana debajo de absolutamente todo y nunca ha salido ninguna), ni entre los cojines del sofá (arreglo el sofá mil veces al día y tampoco) y tampoco salen por la ventana ni se los come el niño. ¿Dónde se meten entonces?

Gracias por leerme. Besos.

Inma.

6 comentarios:

Mª Jesus dijo...

sabes inma?
a mi me pasa igual pero yo soy de esas que lo guarda todo todo , a si que imaginate mis armarios no coge ni un alfiler y hace falta poner orden , con los plasticecoor yo he llegado a pensar que se lso comen porque desaparencen que no es normal
ah el lunes dia 2 voy a tu cuidad a un bar llamado ¿la moraga? o algo asi
besitos desde aqui al ladito

Inma (Málaga) dijo...

Pues espero que lo pases genial en mi ciudad, si es "la Moraga" que yo pienso pues no existe otro en Málaga, nunca he estado pero tiene buena pinta y está en el pasaje de Chinitas una zona con mucho sabor malagueño junto a C/ Larios que es la calle principal de Málaga y la más comercial, pero el 2 de mayo posiblemente esté todo cerrado. Espero que lo pases genial aquí, que seguro. Un beso. Inma.

LAS COSAS DE PAULA dijo...

pero bueno guapa.... me explicas como puedes guardar todo eso en el armario??? ajjaja y me explicas para que lo guardas?
no te das cuenta que si te viene una niña no se lo vas a poner? y si es niño? no prefieres comprarle todo de nuevo?? jajaja mi lado consumista sale jajaja por cierto lo de las ceras es para empezar a preocuparse... por que claro si salva no sabe afilar,,,, la cosa se pone fea.. leti las afilaba y no quedaban nada de nada.....
Un beso guapa desde Leon

cristina dijo...

ja,ja, aunque la cosa es seria, tenemos una mania de acumular cosas pero por otro lado da tanta penita tirarlas,mi madrina dice que tengo que síndrome de Diógenes pq guardo todo y cierto es, Celia tiene un montón de ropa y de juguetes de su hermana, por no hablar, que hablaré de las reliquias de su mamá.

Preocupante lo de los plastidecor, pero por lo menos si desaparecen no ocupan espacio
Bicos,

La calila Azul dijo...

Jajajajaja, que razon tienes,hay que ver la de cosas que acumulamos, a lo largo de nuestra vida y los pocos armarios,que al contrario tenemos a lo largo de nuestra vida,jajaja...
Un beso,Marta

Epesse dijo...

Inma, los plastidecor se reencarnan en perchas de alambre como las de la tintorería. Lo mismo hacen los calcetines perdidos.... al final tienes calcetines desparejados y ningún plastidecor, pero muuuuuchas perchas.