lunes, 24 de agosto de 2015

De cacharreo vario

Soy antidiógenes, anti acumular trastos, trapos y demás mierdeteo, me pongo a hacer expurgo y a tirar y me quedo sola, y aunque mi marido diga lo contrario, soy muy práctica y muy poco de ir comprando y acumulando cacharros y chorradas varias para mi día a día, y eso de tener rincones ni os cuento, me pone enferma.
Cuando veo que una cosa ya no va a valer le doy largas rápidamente, no le doy la opción a comprobar si algún día la volveré a necesitar, lo único que ha permaneció más tiempo guardado en mi casa han sido las cosas de Salva como la bañerita-cambiador, la cuna, el parque, la hamaquita, la sillita del coche grupo 0, ropita tipo faldones y batones, pijamas, bodys, baberos, sábanas, toallas, gasas, mantitas y algunos cacharros más que me fueron muy útiles durante los primeros meses de vida del niño y que me han venido de perlas ahora con la niña.
Y de eso venimos hablar hoy, de cacharros en teoría "chorradas" que a mí me han facilitado la vida un montón. Si lees una revista de puericultura toooodo lo vas a necesitar, evidentemente las revistas se deben a sus patrocinadores y te intentan vender el producto, os suena de algo????Efectivamente, pasa en muchos blogs también. Después están los blogs profesionales que también te intentan vender el producto como ultra-super-necesario por las mismas razones que la revista aunque sea un truño como una manga de grande y no sirva ni para adornar. Y después están las listas que hacemos las mamás de a pie, es decir, aquellas que no tenemos ningún interés de por medio, que tras pasar por una o varias experiencias en la maternidad ya sabemos lo que es útil o no. Este tema me encanta, y devoro todo lo que sale al respecto siempre y cuando sea una mamá sin intereses la que escribe porque se que me va a contar su experiencia tal y como le ha ido.
Evidentemente como necesarios sí o sí, están la cuna, el cochecito, las diferentes sillitas del coche adaptadas a su edad, la hamaquita (con Salva la usé menos pero con Alejandra muchísimo hasta que aprendió a salirse de ella), el parque (para mí muy necesario en determinados momentos cuando los tengo que tener controlados y no pueden andar por casa a sus anchas porque yo estoy limpiando o cocinando y además como contenedor de juguetes del bebé no tiene precio), la trona (con Salva no tuvimos y no la eché en falta, con Ale sí porque es heredada de la prima) o la bañerita-cambiador.
-La bañerita-cambiador todo compactado en uno merece un punto y aparte, hay gente a la que no le gusta, prefieren por un lado una bañerita y por otro el cambiador, para mí sin embargo es la mejor opción el 2 en 1 durante los primeros meses, lo mejor es colocarla en el baño (si tienes espacio, claro está) y la llenas y vacías sin problemas, la llenas con el teléfono de la ducha y la vacías directamente en el vidé que es justo sobre donde yo la tengo colocada, eso sí, mi vidé está inutilizado de momento porque paso de ir moviendo el armatoste. Además el tenerlo todo a mano me gusta, pues pañales, cremas, geles, toalla y demás productos de higiene del niño están en la balda que tiene la bañerita-cambiador. Tanto en Salva como en Alejandra hemos usado la bañerita del cambiador hasta muy pasados los nueve meses, pasado este tiempo el baño se los hago en una bañerita "made in china" que pongo dentro de la ducha. El cambiador lo seguimos utilizando hasta casi los dos años en Salva y con Alejandra supongo que igual porque para mí es muy cómodo. Con lo cual la bañerita-cambiador es un cacharro muy amortizado en esta familia, pero creo que es porque está en el baño y lo llenas/vacías sin problemas y en un segundo, si la bañerita-cambiador se pone en otra habitación ya no sé yo la utilidad si sería tanta, por lo menos la bañera. Recomiendo CAM, que aunque caros, sus bañeritas-cambiador son de las mejores del mercado y las más completas. La nuestra muy currada ya, pero 100% útil:
-El moisés, otro cacharro que merece especial atención, yo no los veo útiles, es acumular por acumular, además si luego no tienes espacio de almacenaje te acuerdas del moisés fijo porque su uso no dura muchos meses. Con Salva me dejaron uno pese a que yo no estaba muy convencida, estuvo en el moisés tres meses, luego lo devolví rápidamente, lo cual no hubiera sido amortizable si lo hubiera comprado. Con Alejandra no hemos tenido moisés, durante las dos primeras semanas durmió en el capacito del Bugaboo. Y durante el día en sus primeras semanas siempre los tuve en el capacito del cochecito en el salón, y Alejandra además como es tan espabilada con un mes estaba ya todo el día en la hamaquita interactuando en la vida familiar. Lo mejor, una buena cuna y listo.
-La bolsa del hospital, otro trasto que requiere especial atención. Recomiendo no volverse loca en este punto, porque nos volvemos. Elegir una bolsa normalita de precio pero grande de tamaño, eso sí, para evitar llevar muchas bolsas al hospital que después es un engorro sobre todo a la vuelta cuando vienes con regalos y con un paquetito en forma de adorable bebé, entonces nos faltan manos. Y porqué digo normalita de precio, pues porque yo le di utilidad en ambos embarazos para ir únicamente al hospital, fuera de ahí ya no la he vuelto a utilizar y de hecho la tengo puesta en venta en una tienda de segunda mano, para seros sincera con una bolsa de viaje estilosa o una maleta mona de mano que tengamos por casa podemos hacer el habío perfectamente, pero eso lo aprendes a posteriori. Mi bolsa del hospital era útil porque era grande y entraba todo en ella, lo mío y lo de mis hijos, pero fue muy cara y nada a mi gusto, pero al ser un regalo y una tonta por aquella época pues accedí a traerme esa, nada más y nada menos que 80 € en rebajas para usarla dos veces, una en cada visita a la maternidad y luego ya está, a coger polvo, y encima parecerme horrorosa, pa matarme, lo sé, pero a caballo regalado..... Nuestra horripi-cara-bolsa-de-hospital, os la enseñé hace un año AQUÍ lista para el gran momento:

-El termómetro de oído, una de las grandes milongas del siglo, me gasté una pasta indecente (60 €) para que luego terminase en la canasta de los juguetes del niño en menos que canta un gallo, con un termómetro digital de 4 o 5 € vamos más que servidas. De verdad que tanta tecnología en el termómetro de oído en cuestión me superaba para luego marcar 36´5 cuando el niño tenía 39 de fiebre, sí, te quedas muerta y con ganas de cagarte en el fabricante y todo su clan, eso sí, la temperatura me la decía hasta en chino, tocate la peineta.
-El calienta biberones, para mí de lo más útil que he tenido pues no di pecho a Salva y a Alejandra 5 semanas de lactancia mixta, pese a que suele aparecer en todas las listas como una gran milonga innecesaria  y mira que cuando me lo regalaron con Salva me pareció eso, una milonga, pero me equivoqué. El mío era de Saro, tenía varias temperaturas, desde calentarte el agua en cuestión de segundos hasta una temperatura que te mantenía durante horas el agua ideal para ser tomada, pasando por una temperatura para calentar purés pues también tenía un cuenquito para ello. Con Salva estuve los 6 primeros meses dando un biberón a las 5 de la mañana, antes de acostarme ponía el bibi con el agua en el calienta biberones y lo enchufaba, así a las cinco cuando me levantaba el agua estaba a una temperatura ideal para ser tomada y sólo tenía que añadir la leche en polvo que ya estaba en el dosificador, y todo eso sin salir de la cama. Con Alejandra lo usamos menos, pero los 4 priemros meses también fue fundamental, máxime cuando Alejandra era una pellita con los bibis y tenía que parar varias veces e intentarlo más tarde, así que el calienta biberones  me mantenía la leche en su temperatura ideal para intentarlo unos minutos más tarde. Los termos no los veo útiles para los bibis de la noche, por la sencilla razón de que mantienen muy caliente el agua y al final te tienes que levantar para enfriarlo, además con el calienta biberones el agua ya está en el bibi con lo que te ahorras trabajo y cacharros por medio a esas horitas de la noche.

-El esterilizador, si lo tienes bien, si no lo tienes no pasa nada, con una olla de agua hervida hacemos el apaño perfectamente. Mi esterilizador fue un regalo y era de Avent Philips, era de microondas y no requería pastillas esterilizadoras, muy importante ese aspecto para mí porque cuanto menos química para un bebé mejor, lo bueno que tenía es que era muy, pero que muy rápido y compacto, en un par de minutos te esterilizada varios biberones. Con Salva lo usé más, con Alejandra menos pues es cierto que con los segundos te vuelves más práctica, pasas de muchas tonterías y te das cuenta que los virus también son importantes y tanta esterilización no es buena pasada un tiempo, jajaja. Lo regalé hace unos meses, ahora ya no esterilizo chupes o bibis, salvo que sean nuevos o el chupe haya caído en la calle y me basta con un cacillo y agua hervida. El nuestro era así:

-Un minibatidor de biberón o mezclador de leche en polvo, para mí el invento del siglo, me bate la leche con cereales de la mañana y me bate perfectamente sin un grumo la papilla de la noche que espesa es un rato. El mío es de Saro y funciona a pilas, lo malo es que se gastan rápido, pero le he puesto pilas recargables y listo, problema solucionado. Con Salva no lo tuve y andaba con la batidora, algo que me mataba porque tenerla que limpiar junto con su vaso de batir mañana y noche no molaba nada de nada, sin embargo en este minibatidor de biberón sacas la varilla de batir y la limpias bajo el grifo en un segundo, además te lo puedes llevar en la bolsa para cuando sales que ocupa lo que una cuchara de sopa o un cepillo de dientes eléctrico, a ver si una batidora de verdad te la puedes llevar en el bolso del cochecito??? Para mí ha sido un gran descubrimiento pues ni Salva ni Ale quieren grumos en sus bibis o papillas de cereales. Delicaditos que son, qué le vamos hacer. Así es el nuestro:

-Otras cositas importantes para las salidas a la calle y que te resuelven la vida un montón en determinados momentos cuando no damos teti como en mi caso son un termo de líquidos, un termo de purés (papillero) y un dosificador apilable de leche en polvo y cereales (los de Mercadona son ideales y genial de precio, el que yo tengo lo compré cuando nació Salva en una tienda de puericultura y me clavaron más del doble que los de Mercadona, pagué más por exactamente lo mismo, por lo que es importante comparar precios). Los nuestros, los guardé cuando ya no sirvieron a Salva y ahora los he vuelto a rescatar, el termo de líquidos es de Olmitos y el papillero de Saro:

-Tuppers para congelar los purés, importante que sean buenos y valgan para microondas, lavavajillas y congelador. Los que venden los chinos son una auténtica kk de la vaca y no son de fiar lo más mínimo. Para mí sin duda los mejores tuppers en relación calidad/precio son los que venden Ikea y Mercadona, no se deterioran, ni manchan y están impecables con el paso del tiempo, con lo cual es preferible gastar un poco más en algo que vamos a dar una gran utilidad y va a servir para contener la comida de nuestros hijos. Debo reconocer que aquí soy bastante maniática y si no tengo 50 tuppers no tengo ninguno, pero Salva fue un caquitas para comer y hasta casi los 4 años comía vegetales y purés varios en el almuerzo como primer plato. Tentada estuve de darlos cuando empezó a comer normal, pero decidí guardarlos y ahora ahí los tengo impecables para usar con Alejandra. Salvo las primeras semanas que reciclaba de la fruta unos botes más pequeños, una vez que comen más cantidad utilizo siempre una misma medida de 400 o 500 ml, paso de tener de varios tamaños, voy echando el puré a ojo según vayan creciendo y necesitando.
-Mochila portabebés, con Salva no la tuve y no pasó nada, es decir, ni mamá ni bebé salieron traumatizados, y con Alejandra me la dio una prima sin usar y nosotros a su vez la usamos únicamente dos veces para dos salidas rápidas, hay gente que le da mucho uso pero mi maltrecha espalda no puede, así que ya la hemos vendido.
-Los walkies, otro cacharro innecesario si vives en un piso normalito como el mío, además yo desde el primer momento que llegamos a casa el bebé durante el día está en su capazo en el salón acostumbrándose a la luz y los ruidos de la casa.
-Andador o correpasillos, ideal para que arranquen a andar, Salva con trece meses se echó a andar en cuestión de días con este cacharro pues les da seguridad además. Con Salva me lo dejó una vecina, una vez que hizo su función correctamente se lo devolví, con Alejandra tendré que comprar uno aunque sea de segunda mano según vea como evoluciona en el andar. Estos andadores son muy recomendables, al contrario que el famoso tacatá que está prohibido en muchos países y además tanto los pediatras de mis hijos como un amigo traumatólogo que tengo lo desaconsejan totalmente.

-Escaleritas con adaptador para WC, altamente recomendable, Salva no quería ni orinales ni el adaptador sencillo cuando empecé a quitarle los pañales, una vecina me pasó de nuevo estas escaleritas con adaptador y mano de santo, dejó los pañales sin problemas en dos días y es que además de divertido para los niños les da seguridad a la hora de sentarse en el váter. Ahora con Alejandra no tengo quien me lo pase, pero lo comparé fijo, aunque sea de segunda mano también según yo vea como se toma el tema del pipi y la caca cuando llegue la hora. La que tuvo Salva fue exactamente esta:

-Y la milonga del siglo es.... ta-ta-ta-chán..... este arnés andador, una autentica milonga gorda, se lo vi a una chica y se me antojó, parecía taaaaaan sencillo en ella, pues bien, con mi hijo no funcionó, no sé si porque era muy nervioso y él quería correr o qué, probaré con Alejandra, igual cambio de idea, pero no creo, Alejandra es aún más loca y nerviosa, veo que lo voy a vender pronto casi sin estrenar, es cuestión de semanas tener la respuesta definitiva.

-Y para finalizar como cacharro diabólico tenemos el sacaleches, una auténtica máquina de tortura ideada por una mente retorcida que destroza el pecho en aquellas mujeres que no tenemos leche, porque hay mujeres que no tenemos leche, que no nos coman el coco que es así, basta ya de talibanas de la teta. Mis recuerdos con el sacaleches son muy traumáticos porque encima te sientes culpable, menos mal que fue prestado, y por eso no lo eché a la hoguera, porque si llega a ser comprado por mí lo quemo, prefiero perder el dinero antes que venderlo.
Besos. Inma

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me he sentido muy identificada con tu entrada de hoy, sobre todo con el tema del termómetro de oido. Menuda caca. Yo me dejé 80€ y según donde me lo pusiera siempre tenía fiebre. La pila se gastó a la semana y la de la farmacia me dijo que tendría yo que poner otra. Vamos un timo en toda regla. El que mejor me funciona es el digital de toda la vida que me costó 5 euros nada más.
Está claro que cada mamá usa unas cosas más que otras, pero también que hay mucha tonteria hoy en día y mucho cacharro que no sirve para nada.
Un saludo!
María